Hace 11 años
miércoles, 15 de agosto de 2012
Nadie es inmune a la locura. A la
inclemencia de la terrible desestructura desenvolviente, en un
vendaval de finitos vericuetos responsables. Terminando con la
desertora estupidez del desconcierto, rememorando un intento
interminable e inerte de mentiras. Mediante el despierto pasaporte de
la noción deforme. Que nunca justifica este despojo. Junto a la
soledad desmotivante.
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